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lunes, 24 de mayo de 2010

Fishbowl

A decir verdad, este finde pasado siento como si lo hubiera vivido dentro de una pecera, o en una burbuja, lo cierto es que ha sido un fin de semana bestial, y he rentabilizado bastante la ausencia de la autoridad, aunque por supuesto, controlando.
Madre mía que dos noches de locura, bebiendo vodka con redbull y negrita con coca cola, mientras cada uno bailamos a nuestra bola, haciendo carambolas con las copas.
Como describir ese antro, con cierto encanto, en un sótano de mala muerte un gogó bailando, cien personas al unísono moviéndose mientras la música suena por los altavoces y me ensordece.
Salimos del garito riendo, hablando y / o fumeteando mientras se va caminando, viendo como el cielo va clareando y la ciudad, que está despertando. Deseando tener la suficiente energía para seguir contemplando la salida del día, y sin embargo, estoy derrotada: mis piernas temblequean; el café no sirvió de nada, por ello entregarse al sueño, la pequeña nada, fue tan dulce como el que hiel traga.
Sin embargo odié el tener a alguien al lado y el que me faltase valor para alargar el brazo; tengo un cierto problema: mi sangre es de hielo y mi corazón (a veces) de fuego...
Noches de locura pura...

martes, 18 de mayo de 2010

Nostalgia

¿Qué tendrá el cielo nocturno que hace que nos quedemos embobados mirándolo? Haga frío o calor, para los urbanitas es un espéctaculo irresistible.
Siempre recordaré esas noches muertas en las que podía estar hasta las 3 de la mañana fuera sin hacer nada aparte de observar el cielo. Cierto es que algunas las pasé en compañía, y creo que en cierto modo la ausencia de esas conversaciones (en las que creo que conocí más a fondo a esa persona que a ningún otro ser humano) marcaron el principio del fin de mi inocencia, ¡cuántos veranos jugamos juntos y reímos a reventar!
Hasta que un día, de golpe y porrazo, nos encontramos con que habíamos crecido y las cosas habían cambiado, habíamos dejado de apreciar esa aldea como bastión de nuestra infancia y pasamos a verlo como obstáculo en nuestra adolescencia y ocasional prisión estival.
Y así con el paso de los años ambos hemos cambiado, tanto, que probablemente no nos reconoceríamos ni aunque nos chocásemos (aunque dada la separación geográfica es harto improbable). Lo que me enseñó que la vida no siempre es justa, no señor, y que por mucho que nos guste pensar lo contrario, somos nosotros los que nos amoldamos a los vaivenes de la vida igual que a los guisantes del colchón y no al revés.

jueves, 13 de mayo de 2010

Deep water

1, 2, 3, ¡Respira!..... 1, 2, 3 ¡Respira!.....
¡¡¡¡¡¡¡¡Aaahhhh!!!!!!!  ¿qué es esto? ¿qué me pasa? De repente, me empiezan a venir fogonazos de recuerdos a la cabeza:
Un proyectil dirigiéndose a mí sin que yo lo viese hasta momentos antes del impacto porque iba en mi burbuja.
Un choque brutal.
¡¡chafff!! una caída a un lago de aguas engañosas.
Recuerdo ver el mundo a través de esa distorsión líquida sin ser capaz de salir de ahí y de dejar de pensar que debía salir, atrapada por las algas de mis dudas, que con sus verdes tentáculos se negaban a dejarme marchar enroscándose en mis piernas.
Mi cerebro se estaba quedando sin oxígeno y sin fuerzas para luchar, mis miembros eran de gelatina y en cierto modo me estaba preparando para dejar de existir...
De pronto dos pares de brazos me aferran por las axilas y me sacan de allí, un par me da el soporte que tanta falta me hacía, mientras el otro par se encarga de reiniciar mi organismo insuflándome una bocanada de aire fresco que limpia mi interior y de deshace de toda vacilación, completando el tangram de mi cabeza con la pieza necesaria y devolviéndome la cordura.
A estos dos "desconocidos" les doy las gracias por salvarme de morir ahogada en mi mar de dudas: Maurice, Lil´wasp, mi eterno agradecimiento.

jueves, 6 de mayo de 2010

Kinds of flowers

Hoy en mi aburrido horario escolar, me ha dado por ponerme a escribir a ver que salía, y he llegado a la interesante conclusión de que las personas en el fondo, somos comos las flores:
Nacemos allí donde cae nuestro polen, necesitamos una tierra a la que arraigarnos (y un grupo social más adelante) en la que no pueden faltar las sales minerales del amor y el cariño parental, el sol de nuestras ganas de vivir y el agua del aprecio y cariño sincero. Si cultivas tus amistades y las mantienes en buen estado darán el fruto más precioso que una humano/flor puede otorgar: la flor de la amistad, el saber que la persona con quien quedas y sales se le ilumina la cara solo con verte, y que si algún día estás mustio ellos vendrán a regarte o a despejar esa nube que oscurece el sol.
Al mismo tiempo, hay tantas clases de flores como de personas (y las que quedan por descubrir ¿eh?), unas de  espinas erizadas y depredadoras como las plantas carnívoras, otras delicadas e indefensas como las orquídeas, otras que parecen inofensivas y guardan veneno en su interior como la adormidera... tantas cómo botánica sepas.
Como conclusión, nótese que la falta de cualquiera de estos factores puede dar lugar resultados desastrosos como transplantes erróneos (al faltar arraigo), raquitismo (falta de agua y de sol proporcionado) o sencillamente la aletargación de la voluntad de la persona/planta por florecer, que equivale a morir, pues si no eres capaz de entregar lo más preciado que puedes dar sin esperar nada a cambio, y ya no digamos de abrir tu corazón, ¿estás vivo?
Yo creo que no, se vive mientras se ama, mientras se tiene algo por lo que luchar y levantarse cada mañana, el día que me levante como un autómata, sin capacidad de sentir ni padecer, me daré por muerta.
Hasta aquí mi pequeña reflexión nacida de un sueño que tuve despierta.

lunes, 3 de mayo de 2010

Resist.

Bueno ya estoy de vuelta por aquí,
Tal y como me temía la vida me volvió a dar esquinazo y mis esperanzas se hicieron pedazos en el momento que vi que se cogieron del brazo,
ni las oí marcharse supongo que no quisieron enterarse
del ruido que hacía mi corazón al quebrarse.
Cierta satisfacción vengativa me invade,
algo me consuela el saber que no encontraron a nadie.
La próxima fumaré maría para que me resbale,
y quizás entonces sea un buen viaje.
Observo a otros grupos y hay vínculos entre ellos,
¿que hay entre nosotros? Cero
Algo en esta ecuación me falla,
quizás yo sea el término que no encaja,
como esa pieza del puzzle que mil años ha que perdiste
pero que en un cajón olvidada aún existe.

Sé que no tiene métrica ninguna, pero dado mi ánimo por lo menos rima y todo.