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lunes, 19 de septiembre de 2011

Compressed memories


Adoro leer. Toda mi vida he adorado leer, infinitas evasiones a infinitos lugares con tan sólo mover un dedo, ni Internet hace eso...
A veces creo que podría resumir mi vida en libros, y no porque haya ido atravesando etapas con ellos (que también) sino porque cada libro que he cerrado se ha llevado prensado entre sus páginas un trocito de mí. Cada libro que he cerrado tiene recuerdos entre las páginas prensados, y con un barrido de vista puedo recordar.
Hasta tal punto que hay veces que experimento un déja-vu al recordar como me sentí al leer tal pasaje o tal libro  al sentirme exactamente igual. 
Ahí reside una de las grandezas de las letras, las emociones no mueren aunque sus autores lo hagan, he leído libros cuyos autores llevan muertos siglos y no por ello la savia que destilan sus páginas y humedece el alma se ha secado.

¿Y cuándo no quepan más libros? Los desempolvaré periódicamente de sus cajas para que me traigan una vez más ese soplo de historias y recuerdos que ya tuvieron su momento...

2 comentarios:

  1. Qué manera más interesante de describir lo que te hacen y te han hecho sentir los libros. Internet eso no lo tiene, y yo de hecho prefiero leer un libro entre mis manos que no a través de la pantalla del ordenador. De hecho, lo he intentado en varias ocasiones y no soy capaz.

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  2. Lo mismo digo, el papel nunca será sustituido por píxeles, el disfrute es taaaaan distinto (y yo diría que menor).

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