>

jueves, 6 de mayo de 2010

Kinds of flowers

Hoy en mi aburrido horario escolar, me ha dado por ponerme a escribir a ver que salía, y he llegado a la interesante conclusión de que las personas en el fondo, somos comos las flores:
Nacemos allí donde cae nuestro polen, necesitamos una tierra a la que arraigarnos (y un grupo social más adelante) en la que no pueden faltar las sales minerales del amor y el cariño parental, el sol de nuestras ganas de vivir y el agua del aprecio y cariño sincero. Si cultivas tus amistades y las mantienes en buen estado darán el fruto más precioso que una humano/flor puede otorgar: la flor de la amistad, el saber que la persona con quien quedas y sales se le ilumina la cara solo con verte, y que si algún día estás mustio ellos vendrán a regarte o a despejar esa nube que oscurece el sol.
Al mismo tiempo, hay tantas clases de flores como de personas (y las que quedan por descubrir ¿eh?), unas de  espinas erizadas y depredadoras como las plantas carnívoras, otras delicadas e indefensas como las orquídeas, otras que parecen inofensivas y guardan veneno en su interior como la adormidera... tantas cómo botánica sepas.
Como conclusión, nótese que la falta de cualquiera de estos factores puede dar lugar resultados desastrosos como transplantes erróneos (al faltar arraigo), raquitismo (falta de agua y de sol proporcionado) o sencillamente la aletargación de la voluntad de la persona/planta por florecer, que equivale a morir, pues si no eres capaz de entregar lo más preciado que puedes dar sin esperar nada a cambio, y ya no digamos de abrir tu corazón, ¿estás vivo?
Yo creo que no, se vive mientras se ama, mientras se tiene algo por lo que luchar y levantarse cada mañana, el día que me levante como un autómata, sin capacidad de sentir ni padecer, me daré por muerta.
Hasta aquí mi pequeña reflexión nacida de un sueño que tuve despierta.

2 comentarios: