>

martes, 18 de mayo de 2010

Nostalgia

¿Qué tendrá el cielo nocturno que hace que nos quedemos embobados mirándolo? Haga frío o calor, para los urbanitas es un espéctaculo irresistible.
Siempre recordaré esas noches muertas en las que podía estar hasta las 3 de la mañana fuera sin hacer nada aparte de observar el cielo. Cierto es que algunas las pasé en compañía, y creo que en cierto modo la ausencia de esas conversaciones (en las que creo que conocí más a fondo a esa persona que a ningún otro ser humano) marcaron el principio del fin de mi inocencia, ¡cuántos veranos jugamos juntos y reímos a reventar!
Hasta que un día, de golpe y porrazo, nos encontramos con que habíamos crecido y las cosas habían cambiado, habíamos dejado de apreciar esa aldea como bastión de nuestra infancia y pasamos a verlo como obstáculo en nuestra adolescencia y ocasional prisión estival.
Y así con el paso de los años ambos hemos cambiado, tanto, que probablemente no nos reconoceríamos ni aunque nos chocásemos (aunque dada la separación geográfica es harto improbable). Lo que me enseñó que la vida no siempre es justa, no señor, y que por mucho que nos guste pensar lo contrario, somos nosotros los que nos amoldamos a los vaivenes de la vida igual que a los guisantes del colchón y no al revés.

2 comentarios:

  1. Lilit, la brisa, la luna y las estrellas, especialmente en verano, creo que nos han marcado a todos.

    Sentir que eres parte del mundo y ver que las preocupaciones se minimizan en comparacion con la grandeza de lo que te rodea, aunque a veces cueste apreciarlo... Creo que cuando uno siente eso es cuando de verdad esta tranquilo.

    Esos momentos de armonia se te quedan grabados, y para no perder la cordura en el dia a dia, debes poder recordarlos como cuando recuerdas como suenan las olas del mar, que aunque estes lejos y hace años que no las oigas, sabes perfectamente como son.

    Quizas estas lineas no alcancen la perfeccion formal de alguien que sabe escribir, pero espero que aun asi, a pesar de su sencillez, puedan darte tranquilidad y con suerte, un buen consejo.

    ResponderEliminar
  2. Tienes razón, poder recordar esos momentos de paz en los que te sientes a gusto con el mundo y en paz contigo mismo no tiene precio en la vida diaria, y hay cosas que no se olvidan por mucho que pasen los años de largo en la vida...

    ResponderEliminar