En el fuego de la ignominia arde nuestra dignidad. Es alimentado por la banalidad, el vacío interior, la codicia, la indiferencia... y el humo que produce es el bastardo de una sociedad enferma, una sociedad que acepta la alienación y la estupidez como lo normal y casi deseable.
Bienvenida, entonces, al lado de los "raritos", al lado de aquellos que nos dedicamos a, simplemente, ir a nuestro aire ignorando lo establecido y alimentando nuestra integridad.
ResponderEliminarDa gusto leerte. =)
Ese mundo no me es desconocido como ves. Ignoraré, sí, y por mucho tiempo, es la única manera de sentirse a gusto consigo mismo.
ResponderEliminarMuchas gracias Serendil, sígueme en este viaje 'blogosférico'y yo acompañaré a tu pirata en sus viajes transoceánicos :)