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lunes, 14 de febrero de 2011

Apuestas

Y hoy, he decidido jugar una apuesta fuerte, una apuesta en la que me juego bastante y por la que ya estoy renunciando a otras cosas...
Está claro que lo simple no nos gusta, es demasiado fácil, es más emocionante la caza y persecución, pero cuando todo ondula como las gotas de lluvia resbalando en un cristal, es difícil saber si haces lo que debes o lo que quieres.
He elegido, sí, pero ¿a qué precio?.
He elegido recordar tus besos pequeños, menudos como tú, fugaces como el rayo que toca la rama de un árbol. He elegido recordar tu piel contra la mía, su calor, su tacto. He elegido apostar por una incertidumbre, por algo que sé que es grande pero complicado; por una esperanza de que sea un hasta luego y no una despedida.
He apostado por el idealismo. Un Quijote modernizado a los tiempos que corren...  que curioso, siempre pensé que era Sancho, tan materialista y apegado a la tierra como él...

¿Blanco o rojo? No importa, la banca siempre gana, incluso en los asuntos del corazón.

4 comentarios:

  1. La cosas del corazón es lo que tiene pero si consisgues quedarte con lo bueno y no con lo mago desde mi punto de vista creo que sales ganando pues no hay cosa peor que el rencor, eso te come por dentro y al final te quema.

    Y cuando me refiero a quedarse con lo bueno no estoy diciendo que se recuerde a equis persona todo el tiempo porque si no te pierdes el conocer a otras y de esa forma también lo pasas mal.

    Yo creo que se trata un poco de superar los baches, aprender de los errores y recordar de vez en cuando buenos momentos. Los malos no conducen nada más que a albergar los peores sentimientos que finalmente se comen tu alma.

    Al menos es mi opinión.

    Un saludo

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  2. Por supuesto que hay que quedarse con lo bueno, si cargáramos en nuestras espaldas todas las cosas malas, no podríamos levantar la cabeza y admirar todas las buenas.
    Los recuerdos siempre están ahí, pero tú decides con cuales te quedas. Saludos, Pixel

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